viernes, 1 de abril de 2011

la leyenda del club peruano

LA VIUDA DE CLUB PERUANO
,-¡César! ¡César!, se escuchó en la insondable noche oroína, una voz desgarradora, una voz aullante. -¡Es la viuda! -decían algunos entes nocturnos que aún transitaban en la frígida madrugada- y corrían despavoridos hacia sus casas. Se decía que era una mujer, que había venido de lejos y cuyo esposo había fallecido en un accidente de trabajo en la fundición de Centromín, y que cada noche lloraba su desgracia, y se escurría por los campamentos del Club Peruano buscándolo, llamándolo, reviviéndolo en su ya retorcido recuerdo.
La vecina Juana decía haberla visto el Sábado, cuando volvía de un matrimonio: -¡Es alta y flaca! murmuraba la señora, abriendo lo más que podía sus negros ojos andinos. Don Chemo también la vió cuando salía de la Empresa a las doce de la noche: -¡Es bajita, medio gorda! refutaba en el barrio. Y el hijo de la vecina Gloria, el Chino, también la vió, antes de quedarse dormido en el lavadero después de gastarse todo su sobre de pago en una cantina.Así, por muchos años, la gente del barrio comentaba que en ocasiones esporádicas la vislumbraban: alta, gorda, bajita, bella, vieja, delgada, muy joven, pero siempre vestida de negro. Hasta que hace poco, aquellos campamentos, los del Club Peruano, fueron destruídos. La gente olvidó a aquella señora ... pero ella no se olvidó de su esposo.Tal vez por eso, en los últimos días, ese rumor, el mismo de antes, a vuelto a correr por La Oroya, ahora en Marcavalle, ahora en Huampaní, ahora en Huaymanta, en Buenos Aires y Curipata, en La Oroya Antigua y Chúlec, en Torres Hidro y Mayupampa, en Túpac Amaru y Sacco, en San Carlos y 9 de Octubre, en la Empresa, por tu barrio ... por tu casa.Pero qué tendría de malo que una mujer viuda, busque a su esposo, se preguntarán. Y yo les diré que nada, absolutamente nada de malo, a no ser que aquella señora, la viuda vestida de negro se suicidó el mismo día que se enteró de la muerte de su esposo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario